

Mi posición ante el cierre de Megaupload y la situación actual que a todo cibernauta preocupa.
Considero que ningún derecho puede existir en detrimento de otro derecho, porque si así fuera en el ejercicio de un derecho se estaría atentando contra otro derecho y por ende, se tendría un derecho que no se puede ejercer. O se tiene un derecho o no se tiene un derecho, por lo tanto los derechos que se ejercen no pueden colidir con los derechos que otro también tiene. Sería un absurdo mayúsculo ser ciudadano de derechos y obligaciones y no poder ejercer un derecho, porque ese ejercicio está atentando contra la existencia de otro derecho.
De esta manera, por ejemplo, el derecho a la vida no está en contradicción con el derecho a la propiedad y si en determinadas situaciones el magistrado debe optar por hacer valer un derecho frente a otro, lo que predomina en ese caso es la consideración del bien mayor a tutelar. En el orden de prelación de derechos, la vida es siempre el bien mayor a tutelar, lo que no significa que por esa causa el derecho a la propiedad haya dejado de ser un derecho humano.
Hoy en día, a impulsos del vertiginoso cambio tecnológico que estamos viviendo, surgen derechos que en el pasado existían, pero que no estaban adecuadamente legislados, por el hecho de que no aparecían en el orden de prelación como importantes. Así, por ejemplo, el derecho a la privacidad, esto es, a no ser espiado, no tenía la importancia que hoy tiene. Fue Vance Packard en La Sociedad Desnuda quien demostró y denunció el hecho de que los instrumentos modernos de gran sofisticación permiten invadir la privacidad, ya sea a través de rayos infrarrojos, captación de ondas sonoras a larga distancia, cámaras ocultas para filmar, fotografías de alta precisión, espionaje de correos electrónicos y demás parafernalia anulando la vida propiamente humana, es decir, la que se sustrae al escrutinio público.
Se entiende que el derecho a la privacidad debe ser legislado adecuadamente. Atentar contra este derecho es atacar contra el crédito y la reputación de las personas y anular por esa vía, la vida estrictamente cotidiana que es aquella que escapa a la percepción colectiva.
El derecho a la privacidad no está en colisión con el derecho a la información, si así fuera no se podría ejercer uno u otro. Como decía Vance Packard pelear contra bribones, no significa que todo el sistema deba volverse metodológicamente bribón.
El derecho a la información no puede colidir con el derecho que se está defendiendo cuando se combate un delito. Así, la prensa, si ha de poner la foto del delincuente, debe hacerlo sólo después del fallo judicial, no antes.
En este orden de cosas, considero que hoy estamos entrando en lo que bien se ha llamado como de Aldea Global. Lo nuevo no es la desaparición de las autarquías, porque éstas hace ya bastante tiempo que no existen más, lo nuevo tampoco es Internet, puesto que nace, lo sabemos todos como una herramienta de los tiempos de la Guerra Fría, que luego de finalizada es liberada al público en general, lo nuevo es El Comercio Electrónico llamado a ser el gran generador del dinero del futuro. Hoy, para no ir más lejos, el 95 por ciento de las transacciones comerciales son asientos contables que se debitan y acreditan en impulsos eléctricos, y solamente un 5 por ciento de todo eso es dinero cantante y sonante. Estamos ante un gran recalentamiento global inflacionario de la economía mundial, que no se expresa del modo clásico, porque no entra en el mercado interno acelerando la rotación del dinero, ni afectando la relación entre el M1 (dinero que circula en la economía, incluyendo M0, y sumando los depósitos corrientes de los ciudadanos, es decir, las cantidades que los ciudadanos tienen fácilmente accesible para gastar) y el M2 (que incluye el M1 y sumando los depósitos existentes a corto plazo que los ciudadanos tienen en el sistema financiero, es decir, el dinero y sus substitutos más o menos a corto plazo, normalmente definido con plazos de hasta un año). Si se lo mira desde el punto de vista clásico, a todos sus efectos, el dinero electrónico es emisionismo no controlado por los Estados Nacionales. Hasta ahora son fondos monetarios, money market funds, que son gestionados por profesionales, incluso en títulos de deuda, pero que dan fácil acceso a los depositantes. Algunos de estos fondos emiten tarjetas de crédito y talonarios, para permitir más fácil gasto y ese es el gran tema del recalentamiento global de la economía, con un nivel de emisionismo que escapa a los Estados Nacionales.
Este hecho, le ha permitido al sistema de intercambio comercial que si bien es tan antiguo como el comercio fenicio, por sus características financieras e industriales se le da en llamar sistema capitalista, una fluidez y liquidez muy alta para campear una crisis de sobreproducción o de excedente de mercancía, que de otro modo quedaría en existencia.
El Comercio Electrónico, no está planteando un orden de cosas diferente al conocido, sino más bien otro modelo de capitalismo, signado por fuerzas y agentes intervinientes que basan en el conocimiento y el saber la fuente de su riqueza. Por ende el acceso al conocimiento hoy tiene una importancia en la generación de riqueza como no la tuvo en el pasado, pese al hecho de que el valor agregado siempre fue la base del capital.
El Comercio Electrónico exige hoy, nuevas regulaciones y legislación adecuada a nivel de la comunidad internacional que hace a las garantías que compradores, distribuidores y vendedores deben tener para operar con reglas de juego claras para todos.
Un movimiento serio por el software de código abierto y en defensa del copyleft, debe contemplar que el derecho de autor, el Copyright es uno de los tantos temas a considerar en lo que es el Comercio Electrónico, no es ni el único, ni el exclusivo aspecto a tratar y mucho menos, cuando se lo pretende hacer valer en colisión con otros derechos, como el derecho a la privacidad y el derecho al Copyleft, esto es, el derecho a respaldar y distribuir entre amistades la propia información.
Así tenemos hoy en día, que grandes corporaciones monopolísticas que no respetan los Protocolos y los Estándares de la Programación, ni siquiera el Java que se enseña (lenguaje de programación orientado a objetos) y se fabrican un Java especial de ellos, que solo es captado por su navegador, atentando de ese modo contra la neutralidad en la red, son los voceros más encumbrados de un supuesto derecho de autor.
El derecho de autor ya está regulado a topes etarios en fechas de publicación. Nadie va a reclamar los derechos de autor de Platón, Euclides, Aristóteles o Arquímedes, lo que está indicando que el derecho de autor, no es el bien jurídico mayor a tutelar cuando interfiere con otro derecho, el Copyleft, el que permite acceder al conocimiento. Al regularse a fechas de publicación, de hecho no interfiere.
Todos sabemos que el mundo de la computación en su conjunto ha sido, desde comienzos de los años 80’, con el surgimiento del PC IBM, un mercado desregulado, al que se le han permitido cosas que a otros mercados de la industria no se le permiten.
Lo ha sido por diferentes razones, entre ellas la más importante es que se ha venido considerando que el bien mayor a tutelar es la calidad de vida que deviene del cambio tecnológico. Como es un proceso que al final beneficia a todos, nadie ha querido imponer en cada momento una norma, que si bien hoy parece justa, a la luz de la dinámica de cambio que la tecnología genera, puede ser mañana obstructiva del desenvolvimiento de mejorías importantes que todos queremos. Esa es la razón por la cual se le ha permitido que opere des reguladamente.
Hoy vivimos una sobresaturación del mercado. Ya no estamos como en los años 90’ ante una crisis de programa, sino por el contrario en medio de una sobreabundancia de aplicaciones para cada cosa. Como ya no es tanto lo que hay para innovar, crear y desarrollar de nuevo, más allá de avances paulatinos importantes y como además ya se sabe que es lo que el usuario busca cuando adquiere un ordenador, se pretende ahora, a impulsos de ciertos intereses monopólicos que siguen funcionando al margen de la modalidad que va adoptando el Comercio Electrónico y que no están dispuestos ni siquiera a practicar modalidades de comercialización a este nivel, regular lo que para su desenvolvimiento opera des reguladamente en beneficio de todos.
Si hay o no que regular el sistema en su conjunto es un tema de debate abierto, pero lo mejor hasta ahora es el funcionamiento que ha tenido. Toda norma es punitiva y aunque hoy parezca lo acertado, mañana resulta restrictiva. No se ven razones para amparándose en un derecho, negar el desenvolvimiento del cambio tecnológico en su conjunto, incluso usurpando el derecho a la privacidad de los datos y la información que el usuario tiene.
Defiendo el derecho al copyleft que consiste no solo en otorgar permisos de uso, copia, modificación y redistribución de la obra protegida, sino que contiene una cláusula que impone una licencia similar o compatible a las copias y a las obras derivadas.
Defiendo el derecho al acceso a los códigos bajo los cuales un programa fue construido, no solo porque tienta conocer cómo fue hecho, sino porque fragmenta la conciencia colectiva el que no se pueda saber cómo algo es realizado y opera. No es bueno que un estudiante que está llamado en el futuro a jugar un rol importante en la sociedad, se forme con aplicaciones a las que no se le permite entender cómo funcionan.
Defiendo el derecho a la privacidad tanto de los datos, la información y los contenidos que se almacenan, como así de la vida íntima de las personas, no porque esté pretendiendo que un servicio de inteligencia especializado en determinado tipo de delitos deba ser “ingenuo” y auto limitarse en su funcionamiento, sino porque la reputación y la credibilidad de la persona no debe ser mancillada sin previo pronunciamiento judicial. No estoy defendiendo una tesis garantista ante el delito, en un contexto histórico signado cada vez más por la delincuencia organizada y la pérdida de valores, sino el derecho a la privacidad que pone al Poder Judicial, no a un supuesto Cuarto Poder, la prensa u otra cosa, en el rol que debe jugar.
Para finalizar, estamos en las puertas de un nuevo paradigma internetista que debemos seguir detenidamente porque hace a las nuevas modalidades bajo las cuales en un futuro muy cercano vamos a estar puestos como cibernautas. No se trata de crear partiditos por el gusto de ocupar cargos políticos, Uruguay no es Alemania, sino de perfilar con inteligencia nuevas estrategias que vuelvan amigable lo que hoy es Internet Oculta. En el futuro la deepWeb, ha de ser no ya la Internet Oscura que es hoy, sino la Internet de los grandes túneles Tor bajo los cuales cada cual se adscribirá al tipo de tema, buscador, información y actividad que le interese.
Creo yo, que lo del FBI es un error grave llamado a generar lo contrario a lo esperado, porque si hoy están desbordados por un flujo de información que se tornó incontrolable, nada indica que en el futuro puedan tener todo fríamente calculado.